Deducir IVA: Mucho más que ahorro

Deducir el IVA de las facturas es un procedimiento habitual de todas las empresas, que suele representar un quebradero de cabeza cuando se realiza la autoliquidación de este impuesto. Pero ¿por qué deducir IVA? ¿Qué aporta exactamente a las empresas, más allá del ahorro?

Como ya sabrás, el IVA es un tributo que grava bienes y servicios, recayendo su efecto sobre el apesadumbrado consumidor final, por lo que en teoría su efecto es neutro para empresas y profesionales, dado que ejercen solamente de intermediarios. Es por esto por lo que conviene establecer la diferencia entre IVA repercutido e IVA soportado.

El IVA repercutido es la cantidad de este impuesto que las empresas y profesionales aplican en las facturas que emiten, mientras que el IVA soportado es la cantidad de este tributo que deben abonar cuando adquieren bienes o servicios. En la autoliquidación que se realiza cada tres meses (o cada mes para los que estén inscritos en el REDEME), lo que cada empresa tendrá que ingresar a Hacienda será la diferencia entre el Impuesto sobre el Valor Añadido repercutido y el soportado.

Ahorramos al deducir IVA

Una de las complicaciones más habituales del proceso de autoliquidación viene porque no todo el IVA soportado puede ser deducido. Como motivo principal se puede citar la falta de un justificante válido. En caso de contar con una factura simplificada (popularmente llamado tique), en muchas ocasiones debemos asegurarnos de que éste cuente con toda la información requerida por la Agencia Tributaria, como el nombre o razón social del emisor y del destinatario, sus respectivos NIFs, la dirección o el domicilio completo y el IVA desglosado. Es por esto que muchos recurren al proceso de rectificación de facturas, por el cual se sustituye la factura original o el tique incompleto  por otro documento que incluya todos los datos obligatorios según el Reglamento de Facturación. Este proceso suele ser lento y tedioso, por lo que a menudo las empresas prefieren obviarlo, para evitarse cargas administrativas.

Si bien es cierto que no siempre vale la pena realizar todo el proceso de rectificación, hay que tener en cuenta todas las ventajas de poder deducir la máxima cantidad de IVA posible antes de desestimar este procedimiento.

Beneficios de deducir IVA

El primer beneficio de deducir IVA es el más evidente y directo: el económico. A veces se pierde de vista lo que supone el IVA que pagamos en el total de las facturas. Aunque sean pequeñas cantidades, al adicionar las partidas puede resultar un importe considerable. Si a la hora de contabilizar las facturas no tenemos en cuenta todo el IVA soportado (o bien no diferenciamos el IVA deducible del no deducible), la cantidad a ingresar a Hacienda en el momento de la autoliquidación de este tributo puede ser bastante mayor, lo que supondría pagar un importe superior al que  realmente le corresponde a la empresa. Tener esto en cuenta será ventajoso a la larga para el equilibrio del presupuesto y para conseguir más rentabilidad.

Deducir IVA. Siempre recomendable

Otro beneficio a tener muy en cuenta es el financiero. El hecho de tener que pagar menos a Hacienda dota de mayor liquidez a la empresa o al profesional, cosa que supondrá una mayor autofinanciación y mejorará el ratio de endeudamiento y la estructura de la empresa contará con menor apalancamiento por la dependencia de sus deudas a corto plazo.

Otra ventaja que quizás no sea tan evidente es el control de la actividad de los empleados. Un proceso de deducción de IVA bien estructurado e implementado permite comprobar en qué se producen los gastos exactamente. Con esta información se podrá valorar si los recursos empleados y consumidos se están aprovechando correctamente. Esto nos lleva a otra de las ventajas: la mejora de procesos. Con este análisis se podrá detectar oportunidades de mejora así como errores a rectificar. Por ejemplo, mediante el proceso correcto de recuperación del IVA, podemos detectar casos en los que se gasta demasiado en cenas, regalos y demás detalles con un cliente potencial si lo comparamos con el beneficio que nos generará el nuevo contrato.

Finalmente, como cualquier forma de control, ésta es una manera de detectar fraudes internos en el seno de la empresa. Algunos tipos de fraudes que se podrían detectar son notas de gastos aumentadas en un tanto por ciento, gastos improcedentes, notas de gastos duplicadas, dietas que no corresponden con los desplazamientos realizados, etc.

Si quieres saber más acerca de cómo exprimir tus facturas, descárgate esta Guía gratuita para la deducción del IVA de los gastos de empresa, realizada por Captio.

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